Sin prisa, pero sin pausa, que avanzar por el tiempo es como coger agua con las manos, girar con los brazos estirados, mirar al sol con los ojos abiertos. Intentos.
Mi tránsito, en difícil equilibrio por el calendario, llega hasta hoy, aniversario de tu ausencia, me trae hasta aquí, jardín de la memoria.
Te evoco Miguel en el silencio de estos días de ruido, en la calma del ritmo imparable, en el vértigo del abandono, en la intimidad de la soledad.
Te evoco para contarte que tus montañas son nuevos caminos que recorro con tus amigos y que en los regresos me pregunto siempre qué pensarías de mí al ser tu el dueño de ese puesto.
Te evoco cuando vuelvo a la realidad del mundo cotidiano y constato cuánto me gustaría oirte hablar sobre lo que ocurre a diario.
Te evoco en compañía y en La Libre. Todos juntos celebrando nuestro cumpleaños.
Te evoco y te conjugo en pasado. Y mientras lo hago, te siento, te miro y te cuento.
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