Aunque ya no estés aquí. Aunque ya no tengas años cumplidos ni por cumplir. Aunque ya no tengas ninguna edad para
recordar el pasado y mirar al futuro. Aunque ya no estés conmigo. Como siempre,
y para siempre, mi Zorionak.
Déjame que te muestre la consciencia
que ondula y me envuelve, la añoranza que se revela y llora, la vida que espera
y me eleva. Déjame que te muestre la oscuridad de mi noche. Déjame que te
muestre la luz de mis días.
Sin saber bien qué es, más que una
melodía, más que un sonido, más que un violín. Sin saber bien qué significa,
más que un pasado, más que un momento, más que un presente. Sin saber bien qué
quiero, más que una salida, más que una esperanza, más que otra vida. En mi
refugio, escucho y siento.
Para ti Miguel.
No hay comentarios:
Publicar un comentario