Cada cumpleaños mi primer regalo, el más madrugador, era desearte un buen día y entregarte una felicitación. Te habías acostumbrado tanto a ello que días antes me preguntabas curioso si te había escrito. Siempre lo hice, durante 15 años. No era solo una felicitación, era una declaración de amor, de agradecimiento, de compromiso... Por escrito, para que perdurara en el tiempo.
¿Recuerdas?. En un cumpleaños te resumí en días, horas y minutos nuestros 5 años de relación, en otro te deseaba feliz viaje en nepalí porque ese día salías a cumplir un deseo, ir al Himalaya. En el primero te emocionaste, en el último te dije que era como el primer día. Siempre había un ¡Zorionak! y solo en algunos te escribía “Maite zaitut”, para no desgastar esas bellas palabras, para que cuando las leyeras fuera un momento especial.
A lo largo de los años te las fui entregando en notas pequeñas, hojas sueltas, tarjetas gigantes, postales de colores…Algunas desaparecieron, muchas están guardadas para siempre, cercanas, presentes…
Hoy, 29 de septiembre, San Miguel, hubieras cumplido 53 años. Al despertar no he podido decirte “Feliz cumpleaños, disfruta de tu día”, ni darte tu primer regalo, el de siempre. Como tantas cosas que ya han sido, y otras que vendrán, también este día es una primera vez sin ti.
Aun así, en silencio te digo “Zorionak, Miguel”.
29-9-2016. Patri
No hay comentarios:
Publicar un comentario