CONFESIONES (Patri)
Desde este lugar
donde asoma la penumbra y el nudo vuelve
la garganta se cierra y el anhelo es tenerte
Confieso, porque lo acepto, que el tiempo se nombra
rápido, pero fluye lento. Doce meses de
pérdida para maldecir, llorarte y seguir. Doce meses de vértigo para vivir,
sentir y reconstruir.
Confieso, porque temo olvidar, que he buscado el sonido de tu voz, tus
gestos y tu caminar, en un rastreo inútil que te alejará. Que he perseguido tu huella
hasta encontrarte. Imágenes recuperadas, momentos acompañados para siempre
custodiados.
Confieso, porque lo lamento, que
atrás quedan festivales, degustaciones y matinales. Que nuestra lista secreta duerme
ahora incompleta. Escapadas por Capitales en jornadas felices e inolvidables.
Confieso, porque estás ausente,
que por nuestro aniversario te leí impotente. Sentimientos escondidos al fin
reconocidos y un plural que comenzaba a brillar. Y que por mi cumpleaños me
faltaron las palabras, un ramo, tu regalo y nuestros abrazos.
Confieso, porque así lo creo, que
en tu homenaje me ayudaste a andar montañas y paisajes, y que juntos bordeamos sus
umbrales. Que te lloré y recordé otro 27 de mayo cuando te di un “sí” emocionado.
Adverbio cálido y confiado envuelto en la misma melodía que escuchaba cuando
supe que no volverías.
Confieso, porque es mi hecho, que
tus amigos son ahora mis amigos. Porque te querían me cuidan, porque te querían
me acompañan, porque te querían me hacen sitio. Certeza luminosa e
incuestionable que me ubica y me refuerza.
Confieso, porque es verdad, que fuiste
mi punto de partida, de encuentro y de llegada. Que juntos subimos colinas, salvamos
desniveles, nos anotamos victorias y trazamos nuestros días.
Confieso, porque me arrepiento, que
lo escribí, lo susurré y lo pronuncié, pero jamás grité “te quiero” al viento
para que ahora fuera tu acompañamiento.
Confieso, porque convivo con
ello, que duele dentro si vuelo y nado por tu recuerdo. Que invoco a los sueños
de mis noches para recordar tu olor y tu sabor mientras recorro con nostalgia
los senderos de tus huecos.
Confieso, porque me esfuerzo, que si me doblo, me enderezo; si me
pierdo, me encuentro; cuando me castigo, me enfrento; y si me hundo,
permanezco.
Brotan mis confesiones a borbotones, transparentes, como pálpitos
rojos y calientes.
Pulsos íntimos y pausados marcando tiempos y espacios: te lloro…lucho,
te nombro….vivo, te añoro...siento.
Doce meses, doce latidos y un deseo latente doce veces.
Admiro tu valentía, tu esfuerzo por no parar, no desesperar, por seguir andando.
ResponderEliminarTu decisión de no dejar atrás a sus amigos, de hacerlos tuyos y seguir escribiendo nuevas páginas en el cuaderno.
Porque le queríamos, porque te queremos, nos emociona tanto ver tu empeño.
Adelante Patri, tu familia te quiere. Siempre juntos.
Patri,qué bello,qué duro.Tanto amor,tanto dolor y tanta dignidad lúcida y firme resultan impresionantes. Siento que todo eso y la hondura de tu esfuerzo por continuar en pie, son el homenaje más hermoso que se puede hacer a quien se ama. Gracias por continuar a nuestro lado pese a la herida.
ResponderEliminar