lunes, 18 de julio de 2016

Juan Carlos "Txori" nos habla de Mikel


Miguel siempre estuvo orgulloso de ser de Arrigorriaga, un pueblo de la cuenca del Nervión que como otros de la zona creció de forma rápida gracias a la industrialización.

Su familia estuvo implicada en la vida social y política de la época por lo que él vivió de primera
mano lo que otros solo han leído en los libros de historia sobre el tardofranquismo, la
transición..…

Su aita era del Athletic y no tardó en hacerle socio a Miguel, otra de las aficiones del aita era el
montañismo, fue directivo del Club Alpino Padura y no dudo en animar a toda su familia a
participar en las excursiones del Club de Arrigorriaga. Para cuando Miguel llego a la
adolescencia ya había ascendido a muchas montañas incluso fuera de Bizkaia.

Yo le conocí en los ochenta cuando regreso tras acabar la carrera de Historia en Salamanca
donde con toda seguridad participo del ambiente estudiantil del momento en aquella ciudad.
Nos juntamos varios aficionados a la montaña y empezamos a quedar los sábados para ir de
excursión , eso sí, a las seis o las siete de la tarde en casa, que luego había que ir de martxa.

Por aquellos años le llamaron para hacer la mili, acudió al reclutamiento y se hizo pasar por
trastornado mental, en poco tiempo consiguió que lo declararan no apto para “servir a la
Patria”.

Empezamos las salidas de montaña por los montes de la provincia y fuimos cada vez más y más
lejos, dando el salto a las provincias limítrofes, a Picos de Europa, a Pirineos........ Excursiones
cada vez mejor organizadas, también empezamos a ir con los clubes de montaña de la
comarca, solían organizar salidas conjuntas para optimizar gastos y la verdad es que en aquella
época la media de edad de los participantes estaba bastante más rejuvenecida que la de hoy
en día, seguramente eso hacía más atractivas las actividades que organizaban.

Una de las grandes virtudes que tiene el montañismo es que ayuda a conocer el lugar donde
vives, hasta sus rincones más reconditos y especiales, su cultura, sus costumbres, en nuestro
caso un aliciente mas para aprender euskera y así sentirnos más cercanos e integrados en
nuestra tierra.

Miguel siempre fue como todos le recordamos, una persona afable, educada y con buen rollo;
se quedó huérfano muy joven y nunca le escuche lamentarse de esa trágica circunstancia,
quizás el mejor homenaje que pudo hacer a sus padres fue ser como era, una persona comprometida social y políticamente, del Athletic y amante de la montaña.

Para Miguel la actualidad política y social siempre fue un tema apasionante, ya fuese el
conflicto vasco, la reconversión industrial, la revolución sandinista, la guerra de irak..... , Miguel
nos pasaba la revista HIKA de Zutik que era de los más comprometido en la izquierda de la
época, no discrepábamos demasiado, prácticamente todos éramos de izquierdas y
simpatizantes de HB, lo cual no quería decir que fuésemos proetarras o que tuviésemos
problemas morales o éticos.

Poco antes de su marcha a Madrid se creó en Euskal Herria Elkarri un movimiento por la paz y
el dialogo en el conflicto vasco. Miguel estuvo muy interesado en todo lo referente al asunto
pedía material de Elkarri, se leía las publicaciones, iba a charlas, aportaba
dinero..… Seguramente este movimiento social tuvo gran influencia en el posterior cambio de
discurso sobre la violencia que la izquierda abertzale ha llevado a cabo.
La música, la lectura... en general lo cultural en su sentido amplio eran otros de sus intereses.

Se nos empezaron a echar los años encima, en este país de crisis perpetua y falta de trabajo
para los jóvenes, a Miguel le surgió la oportunidad de ir a Madrid gracias a un “colega”, para
trabajar en un proyecto de enciclopedias en CDROM, pero aquello fracaso porque alguno se
llevo la pasta y pretendía vivir sin trabajar, como os imaginareis Miguel fue el damnificado,
todo su esfuerzo e ilusión en balde y el “colega” un listillo. Pero no se desanimó, busco trabajo
donde pudo, lo encontró de teleoperador, se afilio a CCOO para defender sus derechos y los de
sus compañeros, conoció a Patri su mujer, se abrió camino en la sociedad madrileña través de
sus aficiones....... Pero nunca perdió el contacto con su tierra, su familia y sus amigos vascos.

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